Resulta fundamental considerar la importancia que tiene el rol de los integrantes de la familia en el desarrollo de los niños.
Se trata de las primeras figuras con las que el niño establece un vínculo desde que nace; por lo que serán quienes permitan ver a través de sus ojos, oír a través de sus oídos y percibir la realidad. Son los encargados de brindar las herramientas para enfrentar el mundo.
Los adultos de la familia son, a su vez, modelos de identificación. Son portadores de normas e ideales, objetos de amor y de odio; los que prohíben y los que transmiten la cultura.
El niño necesita que haya otro, que calme la necesidad, brinde placer y además le dé significado a sus vivencias (sabores, olores, sensaciones). Ya desde el nacimiento va a experimentar sensaciones que le produzcan placer o desagrado, como el hambre, el frío, el calor o los dolores.
Cuando un adulto responde a esas sensaciones y lo calma, el niño va asociando el olor y la voz de ese adulto con un espacio seguro; un encuentro que lo ayuda a volver a sentirse bien. La presencia de un adulto confiable, que lo quiere y lo cuida es la base fundamental sobre la que se cimienta la autoestima y la seguridad personal.
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ToggleLos niños necesitan un adulto que guíe, proteja, contenga, ordene y oriente.
El niño va creando su propio circuito de pensamientos en relación al funcionamiento y los pensamientos de otros. Les darán un modelo que permitirá pensar, diferenciar lo bueno de lo malo, fantasía de realidad; y construir vías alternativas de descarga de los impulsos.
Es importante que los mensajes que se les comuniquen sean claros: que sí, que no; permitiendo que se equivoquen y que experimenten frustraciones y dolor. Estos mensajes serán necesarios para que los niños puedan salir al mundo social preparados para enfrentar lo que pueda pasar.
La familia dará amor y cariño pero también frustraciones, prohibiciones. Son el espejo de lo que ese niño es para ellos, y de lo que querrían que fuese. El niño se ve en ellos, en lo que son, en lo que fueron y en lo que desearían ser.
Necesitamos adultos PRESENTES, no perfectos. Adultos que puedan asumir sus responsabilidades, y la importancia de ocupar sus roles y su lugar en la familia.
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