El estrés es un sentimiento a nivel físico o emocional causado por un estímulo, un pensamiento o una situación que nos genera una mayor demanda de la habitual.
Todos hemos vivido momentos de estrés, ya que el mismo es inherente a nuestra condición de humanos. Si bien tienen una connotación negativa, no necesariamente lo es. Existe un estrés positivo y negativo, además podemos clasificar al estrés según su duración y en el ambiente estimulo.
En este articulo desarrollaremos 8 tipos de estrés, de acuerdo a su duración, función y estimulo que lo provoca.
Según su función
Estrés positivo
El estrés positivo o eustréss se entiende como aquel que genera en la persona la sensación de consecuencias positivas para sí mismo o para su entorno cercano, por lo que terminará beneficiando.
En este caso, una persona se somete a una situación estresante o bajo presión, pero la logra controlar de tal manera que obtiene excelentes resultados. Puede sentirse asustado o ansioso, aunque en bajos niveles.
Estrés negativo (distrés)
En este caso, el estrés negativo o distrés genera en la persona un desgaste físico o emocional permanente que le impide poder seguir realizando las actividades de la vida cotidiana.
El estrés negativo es provocado por una situación de tensión en la que el individuo siente tanto miedo, ansiedad o angustia que no puede sacarle provecho y lo termina perjudicando de alguna manera.
Mientras más se prolongue en el tiempo, más problemas nos traerá aparejado, sobre todo en nuestra salud.
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Según su duración
Estrés Agudo
El estrés agudo es el que se presenta con mayor frecuencia. Se genera como causa de las exigencias que atravesamos en un pasado reciente o por las presiones que debemos enfrentarnos en el futuro próximo.
Generalmente en pocas dosis puede ser bueno, pues todos necesitamos un poco de emoción en la vida, aunque si se prolonga demasiado en el tiempo es realmente agotador. Por ejemplo, tirarse de un paracaídas provoca estrés agudo.
Es muy fácil de reconocer, y entre los síntomas más comunes podemos mencionar:
- Tensión muscular, dolores de espalda, hombros, cuello, mandíbula, etc.
- Dolores de cabeza localizados, presión ocular
- Malestar estomacal, acidez, síndrome de intestino irritable
- Nauseas, diarrea, flatulencias, etc.
- Taquicardia o palpitaciones, mareos, falta de aire
- Sudor frió en manos y pies
- Mezcla de sentimientos, como por ejemplo enojo y tristeza, ansiedad y depresión.
- Entre otros
Todos en algún momento de la vida hemos sufrido este tipo de estrés. Lo bueno es que muchas veces suele ser fácil de manejar y de tratar.
En caso de pasar un umbral, puede provocar un pico de estrés y generar consecuencias graves en el organismo.
Estrés Episódico
Las personas que sufren de varios episodios de estrés agudo en su vida cotidiana por estar sumergido en muchísimas presiones autoimpuestas padecen este tipo de estrés. Generalmente son personas desordenadas y que viven en constante caos.
Suelen tener mal carácter, ser ansiosos, hostiles, irascibles, estar siempre apurados, aunque siempre llegan tarde a todos lados, sufrir problemas de presión o cardíacas. En un principio estos síntomas suelen presentarse como episodios aislados.
Sin embargo, conforme pasa el tiempo sino no son tratados, todos estos episodios pueden llegar a ser permanentes, culpando a los demás por sus fracasos y viendo como normal su forma de actuar, por lo que son resistentes a los cambios.
Tienden a ser muy competitivas y agresivas, destruyendo en muy poco tiempo las relaciones y lazos personales que puedan llegar a formar sobre todo cuando la otra persona responde con la misma hostilidad.
Otra forma en la que se presenta el estrés episódico es a la inversa con personas pesimistas que siempre ven todo de forma negativa. Esto genera en ellos tensión, llantos, dolor en el pecho, enojos y mucha angustia.
Otro de los síntomas que se presentan con frecuencia es la agitación, hipertensión, migrañas persistentes, entre otros. El tratamiento suele ser más largo y dependerá de la adaptación a los nuevos cambios de cada persona.
Estrés Crónico
El estrés crónico es el más grave de los tres, ya que en muy poco tiempo puede terminar destruyendo a una persona tanto física, como mental y emocionalmente.
A grandes rasgos, es más común verlo en personas que han atravesado situaciones de mucho estrés como un soldado que vuelve de la guerra. Generalmente esta clase de situaciones provoca un trastorno de estrés postraumático.
También puede surgir en persona que viven ante un estresor constante, la pobreza, por ejemplo.
Estas personas no ven solución o salida aparente de la situación en la que se encuentran y se sumergen en una gran depresión. Todo esto conlleva un gran esfuerzo que termina desgastando el cuerpo y la mente con consecuencias de por vida.
No son conscientes de su cuadro de estrés y siguen su vida a diario sin hacer nada para cambiarlo, por lo que el tratamiento para este tipo de estrés suele ser complejo.
Este tipo de estrés puede causar otras enfermedades, tales como:
- Infartos al corazón
- Cáncer
- Apoplejía, parálisis cerebral y/o muscular
- Ictus o embolia cerebral
- Entre otros
En muchas ocasiones, permanecer con estrés crónico puede llevar al suicido o a la violencia extrema ya sea hacia uno mismo o hacia un tercero. En otras, la solución es un tratamiento médico y psicológico en conjunto.
Según el estímulo
Estrés Cotidiano
El estrés es parte de nuestra vida y como te contamos anteriormente, el mismo puede ser positivo o negativo. Dependerá exclusivamente de la manera y la capacidad de cada persona a poder sobrellevar diferentes situaciones.
El estrés cotidiano, tal y como su nombre lo indica, son todas las situaciones que se presentan en el día a día y que producen en nosotros diferentes emociones.
Las personas que se encuentran sometidas a un estrés cotidiano por un largo periodo de tiempo pueden padecer otros trastornos como insomnio, angustia o depresión, adicciones, sensación de urgencia, aturdimiento, ataques de pánico, alteración en el ciclo menstrual, etc.
A nivel físico, las situaciones de estrés cotidiano afectan diferentes partes del cerebro como la disminución de materia gris, responsable del autocontrol y la mantención de los niveles adecuados de glucosa e insulina, entre otros.
Algunos ejemplos de estrés cotidiano son el estrés, problemas económicos, endeudamiento o sobre endeudamiento, perdida o muerte de un familiar o ser querido, etc.
Estrés Laboral
El estrés laboral es el que se produce por situaciones de tensión en el trabajo por un desequilibrio entre las exigencias del puesto, la falta de recursos que tienes disponible para poder llevarlas a cabo y las relaciones entre personas.
No obstante, las exigencias pueden ser autoimpuestas externas, o una combinación de ambas. Muchas veces el estrés laboral se genera por problemas que escapan del control de las personas, como el carácter de sus compañeros o jefe, por ejemplo.
Otra causa que lo puede generar es la carga de responsabilidades y la falta de tiempo para realizar las tareas solicitadas, las condiciones de contratación o incluso las edilicias que terminan afectando físicamente al empleado o empleador.
Todo esto surge de la capacidad cada una de las personas para los cambios, para organizarse, para trabajar bajo presión, los problemas que pueda a llegar a tener fuera del ambiente del trabajo, el nivel de concentración o distracción, etc.
Como consecuencia de todo esto, el estrés laboral puede llevar a:
- Bajo rendimiento productivo
- Irritabilidad
- Cansancio físico que podría causar lesiones
- Trastornos psicológicos variados como ansiedad, depresión o insomnio, ataques de pánico
- Diferentes enfermedades físicas producto del cansancio y baja en el sistema inmune
Es por ello que es muy importante poder hablarlo con un compañero o supervisor para poder evitar llegar a evitar el estrés laboral, tomarse unas vacaciones o un descanso, organizar el trabajo, crear metas realistas y accesibles, hacer ejercicio o actividades de disfrute, etc.
Estrés Académico
El estrés académico es el que comúnmente vemos en niños, adolescentes y personas que atraviesan algún nivel escolar, sobre todo en periodo de exámenes, o evaluación de trabajos realizados.
Dicha persona está sumergida de forma permanente a situaciones de tensión constante que pueden ser:
- Internas o autoimpuestas, de todas las personas que son muy exigentes consigo mismas y siempre tratan de sacar a flote todo su potencial. Tienen altas expectativas de logros y aunque hayan dado lo mejor, no siempre estarán conformes con los resultados.
- Externas, es decir las que impone el entorno académico, como profesiones, compañeros o institución. Suelen presentarse, por ejemplo, por la sensación de falta de tiempo para lograr terminar de entender los contenidos, mala organización del trabajo, etc.
El estrés académico es el famoso enemigo silencioso. Puede causar insomnio, depresión, aislamiento del entorno social, problemas de concentración, irritabilidad, onicofagia, fatiga crónica, soriasis nerviosa, aumento o reducción excesiva de ingesta de comida o ansiedad.
Como consecuencia no podrás cumplir con ninguna de las exigencias. Para evitar pasar por todas estas situaciones de estrés debes aprender a organizar tu tiempo, hacer ejercicio, llevar una dieta equilibrada, realizar actividades de relajación, entre otros.
Fuentes:
- Manual de supervivencia para mujeres con estrés
- El estrés: Qué es y cómo evitarlo de Alberto Orlandini
- Relación entre estrés laboral y estrés cotidiano