La decisión de acudir al psicólogo no significa fracaso o debilidad: es un acto de madurez. Todos tenemos momentos en la vida en que nos es difícil lidiar con una situación. Así como aguantar un dolor físico no tiene sentido, tampoco lo tiene aguantar un dolor emocional.
Y ahora que sacaste el turno, comienzan a surgir algunas dudas y miedos. ¿Qué va a ocurrir en la primera sesión? ¿Cómo debo prepararme? ¿Qué tengo que decir?
No te preocupes, se trata de algo completamente normal: la mayoría de nosotros siente incertidumbre cuando tiene que enfrentarse a lo desconocido. Por eso, en este artículo te brindamos consejos y aclaramos algunas dudas que seguramente pueden surgir; y que te ayudarán a llegar bien preparado a la primera sesión.
Nervios antes de la primera sesión con el psicólogo
Probablemente experimentes un poco de ansiedad antes de acudir a la primera consulta. Quizá te genera incertidumbre no saber qué va a pasar, o te da nervios la idea de tener que hablar y exponer cuestiones personales. También, es normal creer que la primera sesión será un poco incómoda.
La realidad es que puede que lo sea, pero durante la terapia vas a ir estableciendo un vínculo con el terapeuta, y seguramente te sentirás más cómodo y en confianza a medida que avancen las sesiones.
Acá va un consejo: no te sientas avergonzado por lo que pueda surgir en terapia. El consultorio es un espacio seguro, y tu terapeuta está preparado para tratar con los temas que irán apareciendo. Jamás te va a juzgar.
Entonces, ¿cómo hago para reducir la ansiedad?
Aquí te brindamos algunos tips:
- Enfocate en el presente. La ansiedad es un estado mental orientado al futuro. En lugar de preocuparte por lo que va a suceder, volvé al presente.
- Reflexioná sobre tus pensamientos. La ansiedad a veces te lleva a pensar en los peores escenarios. Por eso, es importante que evalúes cuán realistas son estos pensamientos, y si realmente hace falta preocuparse tanto.
- Respirá. La respiración profunda te ayuda a calmarte. No hace falta que sigas una técnica, simplemente enfócate en inhalar y exhalar uniformemente. Esto te ayudará a “bajar un cambio”, y volver a centrar la mente.
- Escribí qué querés trabajar en terapia. De este modo, no te olvidarás de nada, y de paso ayudará a reducir los niveles de ansiedad.
- Hacé algo. Simplemente, buscá algo que te ayude a distraerte: hacé ejercicio, cocina, ordená la casa. Cualquier cosa puede ser útil para reducir la ansiedad.
Si tenés dudas, despejalas. ¡Nosotros te ayudamos!
¿Qué va a ocurrir en la primera sesión de psicología?
El psicólogo te va a escuchar para determinar cuál es el motivo que te lleva a consultar. A veces, está claro qué es lo que buscás, pero en otros casos será él o ella quien te ayude a clarificar los objetivos que se persiguen.
Esta primera sesión sirve también para que puedas comentar cuáles son tus expectativas, qué esperás de la terapia, si tuviste experiencias anteriores y que te gustó o no de ellas.
Si no sabes qué comentar, o si crees que tu problema es muy complejo, el psicólogo te guiará para que puedas expresar tu situación.
Muchas veces nuestros pacientes no saben qué se espera de él. En realidad, lo único que esperamos del paciente es que esté dispuesto a dejarse ayudar.
¿Qué preguntas me harán en la primera sesión?
De todos modos, en la primera sesión sí es importante que el psicólogo pueda preguntarte sobre el motivo de tu consulta, e indagar sobre la problemática que estás planteando. También, es normal que hagan un recorrido sobre tu historia y actualidad.
Hay ocasiones en que te hará preguntas sobre tus ciclos de sueño, alimentación, o los síntomas que experimentás. Si bien pueden parecerte “raras”, sólo sirven para descartar patologías, o entender la gravedad de los síntomas.
¿Cuál es el objetivo de la primera sesión?
El objetivo es establecer un ambiente cálido y propicio para que empieces a expresarte, con el fin que el profesional pueda conocerte. No es obligatorio (y es casi imposible), que en el primer encuentro llegues a contar todo. También, es poco probable que el profesional te de la solución a tu problema en una sola sesión. Recordá que la terapia es un proceso en el cual te irás conociendo y mejorando de a poco tu situación.
Por otra parte, esta primera sesión también servirá para que el psicólogo te explique cuál es la modalidad, cómo trabaja él o ella, qué pasa si hay un problema, o cualquier otra cuestión importante.
Finalmente, el objetivo es también ver si como profesionales vamos a poder ayudarte. En algunos casos, podemos aconsejar una derivación o interconsulta con otro profesional.
¿Cuánto dura una sesión?
Esto puede variar, pero por lo general la duración va desde 40 minutos a una hora.
¿Cuánto dura el tratamiento?
No existe un tiempo definido de duración. Un tratamiento durará lo necesario para alcanzar los objetivos que se marcaron en el inicio de la terapia. Esto puede variar de una persona a otra, dependiendo de su personalidad, el problema y las alternativas de solución que se planteen.
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¿Me puede acompañar alguien?
Sí, podés ir acompañado. De todos modos, si sos mayor de edad y una persona autónoma, vas a ingresar al consultorio de manera individual.
Distinto es el caso de la terapia de pareja, donde obviamente concurren los dos integrantes de la relación; o la terapia para niños, donde puede haber sesiones en que los padres deban estar presentes.
¿Cómo sé si necesito un psicólogo o un psiquiatra?
No te preocupes, el psicólogo tiene las herramientas para evaluar qué especialista necesitás. En el caso que sea necesario, podrá recomendarte complementar la terapia con un psiquiatra, un fonoaudiológo, un psicopedagogo, o cualquier otro profesional.
¿El psicólogo puede contar a otras personas lo que hablamos?
No, de ninguna manera. Lo que se habla en el consultorio queda allí: el secreto profesional es uno de los principios éticos más importantes y con mayores implicaciones dentro de la psicología.
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¿Tengo que responder todo lo que me pregunta? ¿Puedo preguntarle yo al psicólogo?
No, no tenés la obligación de responder todo lo que te preguntan. Tampoco estás obligado a tratar un tema con el que aún no te sientas cómodo, y menos en la primera sesión.
A medida que vayan pasando las sesiones, y si todo fluye de manera habitual, naturalmente te irás abriendo más.
Por otra parte, sí podés hacerle preguntas al psicólogo. La terapia no funciona como un “interrogatorio”. Por ende, el diálogo y la interacción son elementos presentes.
Pensá cuáles son tus objetivos para la terapia
Pensar en qué esperas obtener de la terapia puede ser de gran ayuda. Esto orientará tus sesiones, y también funcionará como punto de partida para evaluar y trazar tu progreso en el camino.
Establecer un objetivo no implica que éstos no puedan ir cambiando a lo largo de las sesiones. No te preocupes, esto va a fluir naturalmente.
¡Ojo! No siempre debes llevar un tema para hablar.
Si bien es importante que puedas reconocer cuál es el motivo que te llevó a terapia, puede ocurrir que no siempre tengas en claro qué temas querés tratar en las sesiones.
Los psicólogos están acostumbrados a que esto suceda, y cuentan con el conocimiento para manejar los distintos climas y situaciones que se generen en la terapia. Él o ella te ayudarán a encauzar la sesión y llevarla al lugar más beneficioso para vos.