«Convertimos problemas cotidianos en trastornos mentales»

Una Crítica sobre el aumento de entidades diagnósticas

Esta es la polémica frase que usó Allen Frances, conocido por haber dirigido durante años el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM) etiquetada como la «biblia» de la psiquiatría, en una entrevista realizada por el Diario El País de España.

Allen ha realizado una fuerte crítica al manual por haber incluido en su última versión (DSM V) nuevas entidades diagnósticas. Se trata de una situación que hace años viene denunciando y que explaya en profundidad en su libro ¿Somos todos enfermos mentales? (Ariel, 2014) donde nos habla de lo que él llamó «inflación diagnóstica”.

El autor denuncia a la industria farmacéutica porque mediante la publicidad, hace creerles a médicos, padres y pacientes que el trastorno psiquiátrico es algo muy común y de fácil solución. Como consecuencia, se produce esta “inflación diagnóstica”, la cual expresa que está cerca de convertirse en una “hiperinflación diagnostica” si las autoridades y los entes de salud no toman cartas en el asunto.

Hiperinflación Diagnóstica

nujer enferma pidiendo silencioHoy en día, muchos diagnostican un duelo normal como una depresión, el sobrepeso como obesidad mórbida, y al consumo de sustancias como adicción, entre otros ejemplos.

Hay tantos trastornos y síntomas poco específicos, que cualquier comportamiento fuera de lo esperado es leído como signo. Además, se etiqueta a la persona con una patología y, por supuesto, se le brinda un medicamento específico para aplacar el malestar y erradicar el problema. De esta manera, se genera un aumento considerable de la cantidad de entidades y su prevalencia en la población.

La medicina, como reflejo de una cultura hedonista, genera falsas necesidades. Esto conlleva a que numerosos aspectos de la vida cotidiana sean medicalizados.

Lo niños, parte de la tendencia

Allen nos alerta sobre la gran cantidad de diagnósticos y tratamientos con medicamentos en niños: se trata del famoso y muy difundido trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Éste ya está sobrediagnosticado, y será aún más con el paso del tiempo y el avance de esta tendencia.

En Argentina, donde no hay tantas estadística al respecto, Muchanie estimó en 1993 que dentro de la población consultante, la frecuencia de diagnóstico de TDAH en niños era del 31.6% del total de pacientes admitidos.

Esto no pasa solo en Argentina, sino que se trata de una tendencia mundial. Por ejemplo, en Holanda se encontró en un estudio realizado en el 2009, que el 34% de los niños eran tratados por hiperactividad y déficit de atención. Números que realmente asustan y más considerando que otros estudios a nivel mundial estiman que sólo entre el 3% al 7% de la población realmente debería ser diagnosticado con este trastorno.

En la entrevista se le preguntó a Allen sobre si hay tanto síndrome de Asperger como indican las estadísticas sobre tratamientos psiquiátricos.

La respuesta fue más que contundente y dejó entrever la gran influencia de las compañías farmacéuticas. El catedrático contestó: El Síndrome de Asperger “fue uno de los dos nuevos trastornos que incorporamos en el DSM IV y al poco tiempo el diagnóstico de autismo se triplicó.

Lo mismo ocurrió con la hiperactividad. Nosotros calculamos que con los nuevos criterios, los diagnósticos aumentarían en un 15%, pero se produjo un cambio brusco a partir de 1997, cuando las farmacéuticas lanzaron al mercado fármacos nuevos y muy caros, y además pudieron hacer publicidad. El diagnóstico se multiplicó por 40”.

Conclusión

Cuanto más expandimos el sistema para incluir a las personas sanas pero «preocupadas», menos recursos tenemos para cuidar a los que verdaderamente están enfermos.

En países subdesarrollados como argentina, donde los recursos son escasos; los sistemas de salud se hacen más deficientes y colapsan por la cantidad de demanda,  generando un círculo vicioso donde pocos salen beneficiados.

Desde nuestra perspectiva, los fármacos son necesarios y de gran ayuda en trastornos mentales severos y persistentes. Además, el trabajo interdisciplinario entre psicólogos, psiquiatras y otras profesiones es de suma importancia.

Pero los medicamentos no ayudan en los problemas cotidianos. El exceso de medicación causa dependencia y daños físicos, que en muchas ocasiones son más complicados de tratar que el malestar inicial.

Lo mismo sucede con los diagnósticos, los cuales son necesarios para desarrollar tratamientos específicos y aumentar la eficacia de los mismos.

En este artículo criticamos el exceso de los medicamentos, el exceso de diagnóstico y los intereses que se persiguen por detrás.

También, deberíamos reflexionar: ¿Por qué a medida que mejora nivel de salud de la población, existe un aumento del número de enfermos y enfermedades diagnosticadas?

Articulo redactado por:

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Fuentes:

https://elpais.com/sociedad/2014/09/26/actualidad/1411730295_336861.html

Red de psicólogos y profesionales de la salud mental, en la ciudad de Córdoba Argentina, dedicados a brindar diferentes servicios.

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