¿En qué consiste? Se trata de un campo de estudio que analiza los efectos que producen los colores en las personas, tanto a nivel emocional como comportamental.
Los colores que percibimos generan en nosotros determinadas reacciones, e incluso, pueden llegar a tener influencia en nuestro estado mental. Pero esta percepción tiene siempre un componente subjetivo, que viene dado por la cultura y la individualidad: cada sociedad otorga simbolismo a determinados colores, y esto influye en la apreciación individual. Por ejemplo, mientras que en la mayoría de las culturas occidentales, el color negro es asociado al “luto”; en muchos países orientales esta asociación se genera con el blanco.
A su vez, cada persona tiene su propia historia de vida y su modo de interpretar las cosas. Así, mientras que para alguien el color azul puede generar una sensación relajante porque le recuerda a sus vacaciones en el mar; otra quizá ni siquiera conoce el océano, y en cambio asocia el azul con una situación que le produce tristeza.
De todos modos, existen ciertos principios aceptados sobre el color que se aplican a la sociedad occidental. Si querés aprender cómo el color repercute en nuestras emociones, qué significación tienen en nuestra sociedad, y cuáles son las aplicaciones de la psicología del color; no te podés perder esta nota.
¿Cuál es la relación entre el color y las emociones?
Cada color tiene un determinado significado en nuestro subconsciente, y a él le asociamos toda una serie de virtudes y valores. Es decir, tiene una capacidad de expresión, aporta un significado a quien lo percibe y provoca una emoción positiva o negativa dependiendo del caso.
Un color puede animar o deprimir, puede generar alegría o tristeza. Del mismo modo, ciertos colores despiertan actitudes activas o pasivas, favorecen sensaciones frías o cálidas, y generan impresión de orden o desorden. El color, por lo tanto, no es únicamente sensación; sino que principalmente es emoción.
Una simple mirada a distintos colores nos altera la presión sanguínea, los latidos del corazón y el ritmo de la respiración. Pese a que esta reacción sea casi imperceptible, en todos está presente. Y a pesar de que la sensación sea individual, hay dos tipos de colores que poseen un significado universal:
- Cálidos: Provocan emociones que van desde el calor, la comodidad, la alegría y estimulación; hasta la ira y la hostilidad. Son todos aquellos asociados al rojo, naranja y amarillo.
- Fríos: Provocan un sentimiento de paz, tranquilidad; pero también pueden asociarse con emociones como la tristeza y depresión. Son todos aquellos relacionados con el azul, violeta y verde.
Un repaso por la significación de los colores
Las investigaciones sobre la significación que se le asigna a los colores son un tanto ambiguas, y no del todo aceptadas en el campo científico. Como ya hemos dicho, la percepción es individual y depende de numerosos factores.
Sin embargo, el simbolismo existe, y en muchos casos es compartido por las personas de una misma sociedad. A continuación, planteamos un repaso por la significación que se le asigna a algunos colores.
Amarillo
Es el color de la luz y el oro, el más luminoso y cálido. A menudo es relacionado con abundancia y riqueza, así también como con la acción y el poder. Se considera que sus propiedades son estimulantes, por lo que también se vincula con la fuerza. Es un color que despierta sensaciones animadas, joviales, excitantes, afectivas e impulsivas.
También, dado que estamos acostumbrados a verlo en pequeñas proporciones, a veces conduce a la irritabilidad.
Naranja
Tiene una fuerza activa, radiante y expansiva. Se lo relaciona con una sensación acogedora, cálida y estimulante. Además, es vinculado con la positividad y la energía.
Rojo
Es uno de los colores con más fuerza: se relaciona con la sangre, y connota vitalidad, pasión, fuerza y fuego. Está ligado al principio de la vida, expresa energía, es exultante y agresivo. También, es el símbolo de la sexualidad y el erotismo.
Por lo general, el color rojo suele ser percibido como osado y sociable, e invita al acercamiento. Pero también, se lo relaciona a menudo con la guerra, el peligro y la prohibición.
Al tratarse de un color cálido, a menudo se lo asocia con el sol. De este modo, es posible sentirse más acalorado en un ambiente pintado de rojo, aunque la temperatura no haya variado.
Azul
Es el símbolo de la profundidad y suscita una predisposición favorable. Provoca una sensación placentera, y es asociado con el cielo, el mar y el aire.
A menudo, se lo relaciona con la armonía, amistad, fidelidad y serenidad.
Al tratarse de un color frío, puede generar sensaciones opuestas al rojo. Por ende, si entramos en una habitación pintada de azul, quizá lo sintamos frío a pesar de que la temperatura se mantenga constante.
Verde
Es el color más tranquilo y sedante, y a menudo se lo asocia con la vegetación y la naturaleza. Cuando algo se vuelve verde, brinda la esperanza de una vida renovada.
Blanco
El blanco puede expresar paz, felicidad, pureza e inocencia. Crea una sensación luminosa, positiva e infinita.
Negro
Su interpretación a menudo se vincula con la elegancia, la nobleza, la sobriedad y formalidad. Pero también, tiene connotaciones negativas porque se lo vincula al silencio y al misterio, a la muerte y a lo malvado.
Psicología del color en distintos campos
Las investigaciones realizadas en psicología del color han permitido obtener información útil para numerosos campos. En este apartado, te damos dos ejemplos: el uso de test de color en la psicología, y la planificación estratégica de los colores en el mundo empresarial.
Aplicada en tratamientos psicológicos
En algunas ocasiones, la Psicología se nutre de los principios de la psicología del color. Los conceptos desarrollados por este campo, son aplicados por ejemplo en test que ayudan a determinar aspectos de la personalidad de los individuos, y modos de desenvolverse. El “Test de los colores”, de Lüscher y la “pirámide cromática”, de Max Pfister son sólo dos ejemplos de ello. ¿En qué consisten?:
– Test de los colores (Lüscher): Este test tiene como objetivo analizar nuestra personalidad de acuerdo a la elección de los colores, y la prioridad que le asignamos a cada uno de ellos. La prueba establece que en base a esas elecciones, tenemos determinadas características y una forma particular de afrontar las situaciones. A menudo, se utiliza en procesos de selección laboral junto con otras pruebas.
– Pirámide cromática (Pfister):
Se trata de una prueba que pretende conseguir información sobre diversos aspectos de la personalidad, en la que se incluyen los anhelos y el control de los impulsos. Para ello, se presenta una pirámide de cinco escalones, con 15 campos; y una serie de cuadrados de colores por otro lado. Luego, se le pide a la persona que construya una pirámide “linda” y otra “fea” utilizando los cuadrados de color. Los resultados se miden utilizando una estandarización específica.
Aplicada en el mundo empresarial
En 2016, un estudio llevado a cabo por una especialista en Marketing canadiense llamada Satyendra Singh, concluyó que hasta el 90% de los juicios rápidos hechos sobre los productos, suelen basarse únicamente en el color.
¿Qué sensaciones quiero despertar en mis clientes con mi marca? ¿Qué valores quiero asociar a mi categoría de producto? ¿A qué mercado me estoy dirigiendo? En el pasado, las acciones de las empresas se dirigían a interpelar la razón de los posibles consumidores, olvidando que en muchos casos son las emociones las que deciden. Y es allí donde se torna importante la psicología del color.
¿Cómo llegar a los potenciales clientes? A través de los sentidos, y más específicamente, la vista. Si el color provoca emociones y reacciones, dispone y predispone, ¿por qué no utilizarlo a nuestro favor? Esas preguntas se han hecho numerosas empresas, que han ido traduciendo las aseveraciones de la psicología del color con el objetivo de potenciar sus estrategias.
En la actualidad, la mayoría de las compañías definen su identidad visual teniendo en cuenta los colores que utilizan y el mensaje que quieren transmitir. El color juega un papel importante en el diseño del logotipo, de los productos, y de las piezas comunicacionales que se difunden. No se trata de elegir colores que “le gusten” al consumidor, sino de enlazar una marca con el tipo de emoción que desean despertar. Y para lograr este objetivo, los aportes de la psicología del color son fundamentales.