Esta “epidemia zombie de la tecnología” (tal como la llama Alter), es el resultado directo de la forma en que la tecnología está diseñada: nos emocionamos cada vez que abrimos Instagram (¿voy a tener algún like?), o nuestro email (¿Habrán respondido ya?); comparable con la gratificación de comportamiento que obtenemos cada vez que jugamos en un tragamonedas, por ejemplo.
A medida que la tecnología se vuelve omnipresente en nuestro trabajo y vida privada, entender cómo interactuamos con ella es cada vez más importante. Las adicciones vinculadas a la interacción de las personas con los juegos, internet y las Redes Sociales; se está conformando como un tema importante de investigación científica. Todos los hallazgos en esta materia van a ayudar a configurar a futuro la forma en que lidiamos con la tecnología cambiante en el colegio y nuestro hogar.
En este artículo te explicamos en qué consiste la adicción a la tecnología, y cuáles son sus causas. También, las consecuencias que puede traer el uso desmedido. ¡No te lo pierdas!
¿Qué es la adicción a la tecnología?
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, una adicción es
“una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. Se caracteriza por una serie de signos y síntomas, en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales”.
La adicción a la tecnología se relaciona con el consumo abusivo de algún dispositivo como la computadora, el celular, los videojuegos, las redes sociales o internet. Si bien tiene mayor prevalencia en adolescentes y jóvenes, es un problema presente en todas las edades.
Este trastorno comparte una serie de características comunes con otras adicciones, ya sean con sustancia o sin sustancia: pérdida de control, abstinencia, dependencia psicológica, interferencia en el entorno y pérdida de interés por actividades que antes se disfrutaban.
Obviamente, el problema se manifiesta en distintos grados y por ello no siempre se puede hablar de “adicción”. Este nivel se alcanza cuando el consumo es desmesurado y está acompañado por la falta de control. Además, aparecen los síntomas de abstinencia y el aumento de la tolerancia (cada vez se necesita un mayor consumo). Como consecuencia, esto termina repercutiendo en numerosos ámbitos de la vida.
¿Qué tipos de adicciones a la tecnología existen?
Hay distintos tipos de adicciones vinculadas con la tecnología, pero las más frecuentes son:
- Nomofobia. Miedo irracional a no disponer del teléfono celular.
- Ciberdependencia. Dentro de ella se encuentran:
- Dependencia a las Redes Sociales (Facebook, Instagram, Twitter) y aplicaciones de mensajería instantánea como Whatsapp.
- Infosurfing. Navegación continua y prolongada por internet, sin ningún objetivo claro.
- Oniomanía. Compra compulsiva online.
- Gambling. Relacionada con los juegos.
¿Cuáles son las causas o factores de riesgo de esta adicción?
Desde la Psicología se considera que hay numerosas características o estados emocionales en una persona que pueden aumentar el riesgo y la vulnerabilidad de sufrir una adicción. Algunas de ellas están relacionadas con características más “personales”, por ejemplo, la búsqueda de sensaciones. Pero también existen elementos propios del aprendizaje y las experiencias vividas durante el desarrollo de la persona.
Éstos son algunos de los factores de riesgo más importantes:
La edad.
Teniendo en cuenta la expansión voraz de la tecnología, los jóvenes y adolescentes son las personas más vulnerables teniendo en cuenta el uso que hacen de ellas.
Necesidades internas insatisfechas.
Muchas veces se manifiesta un ansia desmesurada por conseguir el último modelo de computadora o de celular. Esta conducta puede enmascarar otras necesidades implícitas más importantes en la persona.
Factores macrosociales.
Las tecnologías son ampliamente aceptadas por la sociedad, por lo que no es algo “mal visto”. A su vez, hay una gran disponibilidad de acceso a los dispositivos.
Características de la personalidad y los estados emocionales.
Existen numerosos factores vinculados con el desarrollo de conductas adictivas: impulsividad, timidez excesiva, baja autoestima, búsqueda de sensaciones y estilo de afrontamiento inadecuados ante problemas cotidianos. También, bajo estado de ánimo, fatiga y hostilidad.
Identidad no cohesionada.
Cuando una persona no se siente segura de sí misma, encuentra en las redes sociales y plataformas online una excelente posibilidad para “mostrarse como le gustaría”.
Factores familiares.
Frente a ciertos patrones educativos, en donde el niño crece con baja validación y problemas para el autocontrol; se favorece la aparición de conductas adictivas como forma de regulación emocional.
Factores sociales.
El aislamiento social o vínculos con personas que hacen un uso desmesurado de los dispositivos, pueden favorecer el “enganche” a ellos.
Consecuencias del uso desmedido
El avance de la tecnología ha producido grandes beneficios: desde la posibilidad de estar más comunicados (y hacerlo más rápidamente), hasta la facilidad para acceder a conocimientos y desempeñar tareas laborales o académicas.
Sin embargo, también se han empezado a notar los efectos perjudiciales que genera la constante exposición a los dispositivos. Algunos de ellos son:
- Modificaciones en el comportamiento. Aparecen manifestaciones como la inquietud, impaciencia e irritabilidad. Todo esto aumenta cuando no se puede tener acceso al dispositivo que genera adicción.
- Aislamiento y confinación. Las personas se vuelven menos comunicativas, y se observa un deterioro en sus relaciones más cercanas.
- Depresión. El uso excesivo de la tecnología genera problemas para procesar las emociones, dificulta la atención y la capacidad para tomar decisiones.
- Consecuencias profesionales. Se produce una alteración de la vida cotidiana para usar las tecnologías. Por ejemplo, dejar de ir al trabajo, descuidar obligaciones o posponer responsabilidades.
- Justificación del tiempo excesivo utilizado al respecto. “Lo hago por trabajo”, “es que me escribió x persona”, “tengo que responder esto sí o sí”; son algunas de las frases frecuentes.
- Abandono de otras actividades. Aparece una desmotivación para realizar otras actividades. Sobre todo, aquellas que generaban placer.
- Incapacidad para controlar su uso.
- Mentiras/negación.Esto, con el objetivo de realizar la actividad adictiva a escondidas.
- Consecuencias fisiológicas. Cambio de hábitos alimenticios y de sueño.
- Irritabilidad, bajo estado de ánimo o sentimientos de vacío.
- Tecnoestrés.
- Síndrome de FOMO. Obsesión de estar conectado en todo momento, y al día con lo que sucede en las Redes. Quienes lo padecen, consideran que de no estar al día terminarán aisladas y marginadas de su entorno. Aparecen síntomas como la ansiedad e irritabilidad, y el miedo social a ser excluido y estar solo.