A pesar de que el trastorno bipolar es uno de los trastornos psicológicos más conocidos, al menos por su nombre, existe poca información sobre esta psicopatología. Esto lleva a tener una idea equivocada de sus características.
Muchas personas relacionan este tipo de trastorno con cambios de humor repentinos en un mismo día, cambios constantes de gustos o aficiones. También, en una discusión de pareja puede que uno considere al otro “un poco bipolar”.
Sin embargo, es importante no confundir el trastorno de bipolaridad con inestabilidad emocional. El trastorno bipolar se caracteriza por los cambios exagerados en el estado de ánimo. La persona pasa bruscamente de una fase maníaca (expresa euforia, alegría, hiperactividad), a un polo depresivo (siente desgano, apatía, depresión y aislamiento).
Los ciclos del trastorno bipolar pueden durar días, semanas o meses. Afecta a la persona en cómo se siente, piensa y actúa. Esto perjudica su salud, el trabajo y sus relaciones. El trastorno de bipolaridad afecta por igual a hombres y mujeres.
Si quieres saber más sobre el trastorno bipolar, sus causas, síntomas y posibles tratamientos, continúa leyendo este artículo.
¿Cuáles son los síntomas del trastorno bipolar?
El trastorno bipolar se caracteriza por altibajos emocionales. Los más sobresalientes son los episodios maníacos y depresivos, separados por períodos de estado de ánimo normal. También, puede suceder que los estados de manía y depresión ocurran simultáneamente, lo que se llama “episodio mixto”.
Fase maníaca
En esta fase la persona experimenta los siguientes síntomas durante como mínimo una semana y están presentes la mayor parte del día:
- La persona manifiesta un aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza.
- Disminuye la necesidad de dormir: la persona se siente descansada después de sólo tres horas de sueño.
- Se encuentra más habladora de lo habitual o presiona para mantener una conversación.
- Presenta facilidad de distracción: la atención cambia fácilmente hacia estímulos externos poco importantes.
- Participa de manera excesiva en actividades que pueden tener consecuencias dolorosas: comprar de manera desenfrenada, indiscreciones sexuales, inversiones de dinero imprudentes.
- Manifiesta hiperactividad en el trabajo, la escuela o en lo sexual. También se produce una agitación motora sin ningún propósito.
Fase depresiva
Después de una etapa maníaca, la misma persona puede experimentar estados de ánimo y comportamientos normales. Sin embargo, la etapa depresiva eventualmente aparecerá. Los síntomas se pueden presentar durante dos semanas consecutivas y causan deterioro social y laboral. Estos síntomas son:
- Fatiga o pérdida de la energía casi todos los días.
- La persona se encuentra deprimida la mayor parte del día, casi todos los días. Se siente triste, vacía, sin esperanzas.
- Disminuye el interés o el placer por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día.
- Insomnio o hipersomnia. El deseo de permanecer en la cama suele ser intenso.
- Desórdenes de alimentación. La persona pierde peso sin hacer dieta o aumenta de peso. También puede disminuir o aumentar el apetito casi todos los días.
- No puede pensar o concentrarse, menos tomar decisiones.
- Manifiesta sentimientos de inutilidad o de culpabilidad excesiva o inapropiada, lo cual puede ser delirante.
- Suelen ser recurrentes pensamientos de muerte, no solo de miedo a morir. También ideas suicidas sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.
¿Qué causa el trastorno bipolar?
El trastorno bipolar se produce cuando se generan alteraciones en determinadas zonas del cerebro, las cuales se encargan de regular el estado de ánimo. Por lo general, se necesitan componentes detonantes como: factores genéticos, exceso de estrés, conflictos familiares, consumo de drogas, fármacos y alcohol.
Normalmente, cuando un familiar padece trastorno de bipolaridad, existen mayores probabilidades de que otro miembro de la familia también lo manifieste. Sin embargo, deben trabajar varios genes en conjunto para que suban o bajen las probabilidades de padecer el trastorno bipolar.
Por otro lado, algunos factores ambientales pueden propiciar la aparición de este trastorno. Como por ejemplo, cuando la persona experimenta un trauma, es víctima de una situación de abuso y/o abandono, o se presentan cambios importantes en su vida.
También, el consumo de determinados medicamentos (corticoides) y de drogas (como la cocaína y las anfetaminas) pueden provocar la aparición de los síntomas del trastorno bipolar.
¿Cuáles son los tipos de bipolaridad?
El trastorno bipolar es complejo, ya que existen diferentes tipo dentro del mismo trastorno. Estos se diferencian por los diferentes grados de los síntomas maníacos y depresivos:
Trastorno bipolar I: La persona que presenta este tipo de trastorno bipolar tuvo al menos un episodio maníaco o mixto durante su vida. No es necesario que la persona manifieste episodios depresivos.
Trastorno bipolar II: En este caso, la persona ha padecido episodios depresivos y al menos un episodio de hipomanía (de menor intensidad y menor duración que el maníaco). Generalmente, se suele confundir con la depresión mayor, por lo que es importante hacer un diagnóstico correcto.
Ciclotimia: Es la variante menos severa del trastorno bipolar. Se caracteriza por etapas leves de depresión y de hipomanía. Se diagnostica luego de que los síntomas persisten por lo menos durante dos años.
Trastorno bipolar no especificado: Este tipo de trastorno se da cuando no se cumplen los criterios de los tres anteriores. Por ejemplo, se manifiestan episodios maníacos y depresivos que no cumplen con el criterio de duración mínima. También, se pueden presentar episodios hipomaníacos recurrentes que no presentan síntomas depresivos, o un episodio maníaco o mixto se puede superponer a un trastorno delirante, una esquizofrenia residual o un trastorno psicótico no especificado. Ante este panorama, el médico llega a la conclusión que existe un trastorno bipolar, pero no puede especificar si es primario debido a enfermedad médica o inducido por una sustancia.
¿Cómo se trata la bipolaridad?
El tratamiento del trastorno bipolar incluye una combinación de: medicamentos, psicoterapia e intervenciones familiares y sociales.
Medicación
La medicación resulta necesaria para estabilizar el estado de ánimo de la persona. Generalmente, el litio resulta efectivo para controlar el trastorno bipolar. Otros fármacos que pueden administrarse son el valproato y el carbamazepina, los cuales son estabilizadores de ánimo y anticonvulsivos.
Terapias
Entres los tipos de terapias encontramos los grupos de apoyo, donde no sólo se asesora a las personas, sino que también se intercambian experiencias. Por otro lado, las personas que padecen del trastorno bipolar tienen fallas de memoria, de atención y otras cuestiones cognitivas. En este caso, la Terapia Cognitivo-Conductual se centra en modificar tanto las respuestas emocionales como los pensamientos y comportamientos negativos relacionados con los trastornos psicológicos. Además, puede ayudar a la persona a identificar qué desencadena los episodios de bipolaridad y a enfrentar situaciones angustiantes.
En el tratamiento del trastorno de bipolaridad es importante que no se repitan los episodios maníacos y depresivos. Por lo tanto, es imprescindible que la persona tenga el mayor conocimiento de su psicopatología, así como el autocuidado de su salud. Esto resulta fundamental para que el sujeto pueda sobrellevar el trastorno bipolar.