A menudo, surgen dudas en torno a la diferencia entre generaciones en la terapia cognitiva. Para entender bien en qué consiste la terapia de tercera generación, es importante comenzar explicando muy resumidamente cuáles son las de primera y segunda generación.
La diferenciación en generaciones se debe a un cambio en el paradigma, un cambio en donde se pone el acento para entender el funcionamiento de la psique o mente humana. Cabe aclarar que no hay un avance en forma lineal: la tercera generación no es mejor que la segunda y la primera. Tampoco significa que alguna de ellas haya perdido vigencia. La primera y segunda generación siguen teniendo avances, valor y peso científico al día de hoy.
Primera Generación de terapias cognitivas.
La primera generación está compuesta por las comúnmente conocidas terapias conductistas. Sus mayores referentes son Pavlov, con su teoría del Condicionamiento Clásico, y Skinner, con el Condicionamiento Operante.
Ambos autores hicieron grandes aportes al mundo científico. En lo referente a psicología clínica aportaron técnicas muy útiles a la hora de tratar miedos, fobias, depresiones y trastornos neuróticos en general. Entre las terapias se encuentra la de exposición y desensibilización sistemática (muy utilizada hoy en fobias y tratamientos de la ansiedad con realidad virtual y aumentada), la técnica de economía de fichas (utilizada para el tratamiento de adicciones y trastornos de alimentación), y técnicas aversivas, entre otras.
El foco de estas terapias está puesto en la conducta observable del individuo y en los principios del aprendizaje. Se busca la asociación de estímulos, habituación, sensibilización o la extinción de las reacciones a los estímulos.
De manera muy general y reduccionista, el modelo podría entenderse como:
E (estímulo) – R (respuesta)
Terapia cognitiva de segunda generación
La Segunda Generación está conformada por las terapias comúnmente conocidas como cognitivas-conductuales (TCC). Sus mayores representantes son Aaron Beck y Albert Ellis.
Dentro de éstas se genera un nuevo paradigma, ya que incluyen el estudio de la llamada “Caja negra de la psicología conductual”. La caja negra serían todos aquellos procesos mentales que intervienen en nuestra conducta.
En este segundo oleaje de terapias se incluyen los conceptos de esquemas mentales, estructuras y procesos de pensamiento. La terapia está enfocada en modificar los pensamientos y creencias disfuncionales. En este momento surgen tratamientos como el aplicado para la depresión (Beck) y la terapia relacional emotiva (Ellis), sólo por nombrar algunos aportes de sus referentes más importantes. Pero también, en esta misma época surgen autores como Meichenbaum (conocido por sus contribuciones al tratamiento del estrés postraumático), Suinn y Richardson (aportes al manejo de la ansiedad), y D’Zurrilla y Goldfried (técnica de solución de problemas), entre otros.
Algunas de las técnicas más destacadas de la Segunda Generación son:
- Ensayos cognitivos
- Disputa racional
- Registro de pensamientos automáticos
- Identificación de distorsiones cognitivas
- Búsqueda de soluciones alternativas
- Entre otras.
Estas técnicas vienen a sumarse a los conceptos ya aprendidos de las terapias conductistas, aumentando la eficacia y el espectro de estas terapias.
Brevemente, podríamos resumir este modelo en:
E (estímulo) – C (condicionamiento) – R (respuesta)
Terapias de tercera generación
La tercer ola de terapias cognitivas, está conformada por las llamadas terapias contextuales. Aparentemente, estaba todo el dualismo estudiado (mente-cuerpo); pero con las terapias de tercera generación surge una nueva variable para poder abordar la compleja realidad humana: el contexto y la función de la conducta.
El cambio principal radica en el tratamiento clínico, donde el principio y objetivo terapéutico se fundan en el abandono de la lucha contra los síntomas. En su lugar, aparece la reorientación de la vida y la incorporación del Mindfulness o atención plena en las terapias.
En este tipo de terapia se propone la aceptación de los síntomas, pensamientos, sensaciones y emociones desagradables. A su vez, se plantea que la reconstrucción del horizonte de la vida debe ser en términos de orientación a valores (ACT) y activación conductual (AC); buscando siempre la flexibilidad psicológica.
Se trata de algo muy fácil de decir, pero muy difícil de llevar adelante. Por ello, estas terapias suelen ser bastante complejas y requieren de ideas claras en varios sentidos (filosófico, conceptual y práctico).
Algunos conceptos claves de las terapias contextuales
Flexibilidad Psicológica
Se relaciona con la idea de diversificar las conductas (pensamientos, emociones, acciones, etc.), ante determinada situación; con el objetivo de obtener un resultado específico. Todo ello, teniendo en cuenta la jerarquía que le otorga cada persona a determinados valores.
Un ejemplo para aclarar este término; sería el de un padre que se enoja y grita a sus hijos cada vez que los tiene que llamar a comer. Pese a que ama a sus hijos, no puede evitar ponerse nervioso y terminar gritandoles. Esta situación sucede a menudo, y le está trayendo problemas con sus hijos, ya que les provoca miedo y poco a poco los va distanciando. Si este hombre pudiese responder de manera flexible a su nerviosismo, pondría en juego su jerarquía de valores (sus hijos realmente le importan, y no quiere dañarlos), y podría adaptar sus conductas evitando los gritos, y enfocándose en su deseo de ser padre.
Trastorno de Evitación experiencial
Junto a todos los desarrollos teóricos, surgen los trastornos de evitación experiencial en el marco de la psicopatología. Esto se podría explicar como el deseo y la conducta del sujeto de no entrar en contacto con una sensación desagradable. A simple vista, parece lógico que alguien no quiera conectarse con una sensación como la tristeza. El problema es cuando esta conducta se vuelve general, y uno comienza a alejarse de valores importantes con el fin de no pasar por una situación que provoca una sensación desagradable (Ej. No rendir un final para no pasar por la sensación de ansiedad que provoca el examen).
Teoría de Marcos Relacionales
La teoría de Marcos Relacionales de Hayes es parte de las terapias contextuales, y se trata de un intento de explicar la interrelación entre el lenguaje, la cognición y la realidad; en base al condicionamiento operante (Skinner, Terapias Conductuales)
Se parte de la idea de que toda palabra, adquisición de significado, pensamiento o proceso cognitivo es considerado una conducta adquirida mediante aprendizaje a lo largo de nuestra vida.
Para esta teoría, nuestra capacidad cognitiva y lingüística se originan en la existencia de conductas relacionales (es decir, actos mentales en los que ponemos en relación diversas informaciones o estímulos). El comportamiento relacional permite que creemos redes de contenidos mentales, también conocidos como “marcos relacionales”.
El origen de estas redes se encuentra en el condicionamiento. Desde pequeños, aprendemos a asociar una palabra o serie de sonidos a un elemento; por ejemplo, la palabra “mesa”, a la “mesa” física, aquella que existe. En esta relación se establece una equivalencia entre ambos estímulos. La palabra equivale al significado, y visceversa.
Mindfulness (Atención o conciencia plena)
Se trata de un tipo de meditación desarrollada en occidente, e incorporada a la terapias en Salud Mental por Jon Kabat-Zinn. Esta meditación consiste en estar atento a lo que sucede en el presente sin juzgar, apegarse, o rechazar la experiencia.
El objetivo es lograr un profundo estado de conciencia. Es una práctica donde se entrena la no elaboración juicios sobre nuestras sensaciones, sentimientos o pensamientos.
Para las terapias psicológicas, el Mindfulness es importante ya que con la práctica se consigue separar la persona de sus pensamientos con el objetivo de reconocerlos y poner en duda los patrones mentales. Si te interesa leer más sobre este método, te invitamos a leer este artículo.
Principales Terapias Contextuales
Dentro de la revolución cognitiva que produjo la aparición de la Ola de la Tercera Generación, surgieron una serie de terapias contextuales fundadas en los postulados arriba desarrollados. A los fines de este artículo comentaremos algunos de ellos, los más utilizados en Argentina.
Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)
Este tipo de terapia tiene a Hayes, Strosahl y Wilson y Luciano como sus principales referentes. Tiene como objetivo crear una vida rica y significativa para el paciente, aceptando el dolor que inevitablemente viene con ella.
Mediante diferentes técnicas y ejercicios (muchos de ellos experienciales), se busca la aceptación de los eventos privados (pensamientos, sensaciones y emociones). También, el compromiso de llevar a cabo acciones acordes con los valores personales (Páez, Gutiérrez, Valdivia y Luciano, 2006). Por último, se elaboran estrategias de cambio necesarias para aumentar la flexibilidad psicológica.
Terapia Analítico Funcional (FAP)
Esta terapia desarrollada por Robert J. Kohlenberg y Mavis Tsai, le da mucha importancia a la relación psicólogo-paciente y lo que sucede dentro del consultorio. Se trata de manejar las variables dentro de consultorio para modelar, aumentar o reducir conductas; en base a elementos que sirven para clasificar las conductas, con el fin de poder generar variables para el cambio.
Terapia dialéctica Conductual (DBT)
Esta terapia desarrollada por Marsha M. Linehan pone el foco en la adquisición de habilidades psicosociales, entre las que se encuentran las técnicas de regulación emocional. Esta terapia tiene niveles de eficacia altos para personas que tienen trastorno límite de la personalidad.
Terapia de Activación Conductual
La Activación Conductual es un proceso terapéutico que utiliza procedimientos estructurados para aumentar las actividades que pongan al paciente en contacto con refuerzos ambientales. De este modo, se propician mejoras en los pensamientos, humor, y calidad de vida en general. Este tipo de terapia tiene un grado alto de efectividad en personas con trastornos depresivos.
La Tercera Generación, una ola integradora.
Para finalizar este artículo, tomamos las palabras de Steven Hayes, uno de los mayores referentes de la Tercera Generación.
El autor plantea que la Tercera Generación es «una aproximación empírica y enfocada en los principios del aprendizaje. Es particularmente sensible al contexto y a las funciones de los fenómenos psicológicos, y no sólo a la forma; enfatizando el uso de estrategias de cambio basadas en la experiencia y el contexto, y otras más directas y didácticas.
Estos tratamientos tienden a buscar la construcción de repertorios amplios, flexibles y efectivos en lugar de tender a la eliminación de los problemas claramente definidos. De este modo, se resaltan cuestiones que son relevantes tanto para el clínico como para el cliente.
La tercera ola reformula y sintetiza las generaciones previas de las terapia cognitivas y conductuales y las conduce hacia cuestiones, asuntos y dominios, previa y principalmente dirigidos por otras tradiciones; a la espera de mejorar tanto la comprensión como los resultados».