¿Por qué tenemos pensamientos catastróficos?

A menudo, nuestros pensamientos pueden ser buenos aliados. Llegan a ser nuestros mejores amigos. Aunque otras veces se encuentren más cerca de ser nuestros mayores enemigos. Estamos hablando de expresiones comunes, como las siguientes: ¡Dios mío no aguanto más! ¡Esto es terrible! ¡Una verdadera tragedia! ¡No puedo seguir así!

Las personas que tienen estos pensamientos catastróficos llegan a descubrir consecuencias espantosas en todos los eventos de la vida. Si les duele la panza, no quieren ir al médico porque sospechan que sea un tumor maligno. Cuando abordan un avión, se adueña de sus mentes imágenes de sí mismos despedazados contra el suelo o corriendo a buscar un salvavidas.

En este artículo abordaremos los mecanismos de la personalidad que generan estos pensamientos catastróficos. Además, explicaremos cuándo pueden convertirse en un problema para nuestra vida, así como analizar su presencia recurrente en nuestra mente. Seguí leyendo para conocer más del asunto.

¿Qué son los pensamientos catastróficos?

Es parte de nuestra naturaleza el reaccionar con una determinada dosis de aprehensión e incluso miedo ante lo nuevo o lo desconocido. Pero para ciertas personas esa pequeña cuota de temor se vuelve un catastrofismo sin límite. Esa negatividad extrema los persigue y hace de su existencia poco menos que un infierno.

Quienes tienen pensamientos catastróficos hacen acopio de malos presentimientos. Sus razonamientos se construyen generalmente a partir de la premisa “Y si…”. Estos juicios se utilizan para exagerar en cada situación su carácter negativo. Así rondan por su mente preguntas como estas:

  • “Y si tal o cual cosa me sale mal”
  • “Y si me equivoco y por mi culpa todo se arruina”
  • “Y si me da un ataque de ansiedad y sufro un accidente”
  • “Y si empeora mi situación económica o laboral”

Estas personas suelen imaginar con frecuencia la peor de las posibilidades en cada situación. En el pensamiento catastrófico, los sucesos tienen consecuencias desastrosas. Esto se debe a que el raciocinio se centra siempre en lo peor. De esta manera, todo es peligroso. Se trabaja con patrones extremos de pensamiento: todo o nada, además de anticipación negativa y magnificar lo negativo.

¿Cuál es el problema con los pensamientos catastróficos?

Los pensamientos catastróficos no son, por sí mismos, un problema independiente. Están asociados, por lo general, a estados de depresión y/o  ansiedad más profundos. Una persona que atraviesa un alto grado de ansiedad puede, por ejemplo, creer que sufrirá un infarto ante cualquier aumento del ritmo en los latidos de su corazón . Ya quien padece depresión, se verá a sí mismo en situación de abandono, viviendo bajo un puente o pidiendo limosna en alguna calle.

Todos tenemos pensamientos que a veces rozan la catástrofe. Sin embargo, lo que los torna un síntoma relevante es la regularidad de esos razonamientos, así como su carácter obstinado. La situación se complica más aún cuando el pensamiento catastrófico se vuelve una hábito de raciocinio, y a un peligro le siguen otro y otro. 

Si nos centramos en el funcionamiento del cerebro humano, un pensamiento recurrente tiene influencia incluso en el modo en la que se conectan las neuronas. Mientras más se piensa algo, más volverá a la conciencia. Es lo que pasa con los pensamientos catastróficos: al repetirse tanto, quedan fijados en la mente. Es un círculo vicioso, pues al quedar fijados, se repiten de forma constante, aunque sean un autoengaño casi evidente.

Pensamientos catastróficos: Una cuestión de foco

Seamos sinceros: las desgracias pueden suceder. Sin duda podemos ir a un río y morir ahogados, pero las probabilidades de que esto pase son ínfimas. El asunto es que, para quien genera pensamientos catastróficos, esa mínima probabilidad se sobredimensiona. Se produce una distorsión en el pensamiento, por lo cual no se tiene en cuenta el dato objetivo de la probabilidad de que suceda, sino el dato subjetivo de la reiteración del peligro en la mente.

Así, se repite hasta el hartazgo la idea de riesgos absurdos, y el afectado internaliza la sensación de que es muy probable la catástrofe. En esta sobreestimación de los peligros influyen otros factores, como el entorno o los medios de comunicación.

Mediante ese mecanismo, los miedos de futuro se transforman en una condición negativa para el sujeto, que evita realizar algunas actividades en su presente por miedo a que sus profecías de catástrofe se cumplan.

Estamos hablando entonces de una consecuencia del efecto de filtrar la atención en lo negativo. Las personas con pensamientos de estas características tienen dificultades para ampliar la mirada y enfocar también en los aspectos positivos de la vida. De hecho, todo lo que tienen un carácter positivo pasa inadvertido, debido a que la persona se siente sobrepasada por el miedo y el estrés.

La catastrofización

El pensamiento catastrófico demuestra que algo está pasando en el interior de la persona. Es un sujeto que, como consecuencia del estrés o la ansiedad, puede distorsionar su percepción de la realidad. A raíz de ello experimenta tristeza, miedo, angustia, apatía y enojo ante esos fantasmas del futuro que lo amenazan en su presente. También puede desencadenar depresión y trastornos del sueño.

Para brindar un concepto, podemos decir que la catastrofización es una forma de pensamiento repetitivo negativo, que es también abstracto, invasivo y difícil de desconectar. El pensamiento catastrófico es una forma de resolución de problemas ineficaz, configura una estrategia de afrontamiento evitativa porque impide el procesamiento de respuestas adecuadas a cada situación.

Aquellos que son asediados por pensamientos catastróficos no llegan a comprender que esas situaciones pueden ser abordadas y superadas. En el fondo tienen miedo de verse expuestos a momentos de extrema vulnerabilidad que los dejen paralizados y sin poder hacer algo. Esto lleva a evitar e ignorar un hecho: contamos con recursos y herramientas para que, por difícil que sea cualquier situación, podamos brindar una respuesta.

Si los pensamientos catastróficos son recurrentes y te generan miedo, angustia, u otros estados que afectan tu calidad de vida, puedes buscar ayuda en nuestro centro. En Cales contamos con profesionales especializados que te brindarán el tratamiento adecuado para tu caso.

Fuentes

Red de psicólogos y profesionales de la salud mental, en la ciudad de Córdoba Argentina, dedicados a brindar diferentes servicios.

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