Según la Asociación Americana de Psicología, las prácticas parentales extendidas en todo el mundo comparten tres grandes metas:
- Asegurar la salud y seguridad del niño.
- Prepararlo para la vida, como adultos productivos.
- Transmitir valores culturales.
No hace falta decir que estos objetivos son ambiciosos. Ser un padre “exitoso” no es poca cosa, y que los hijos se conviertan en adultos competentes, sanos y productivos depende de numerosos factores ambientales y biológicos.
Las influencias en los resultados conductuales de los niños son numerosas. Dentro de éstas, las prácticas parentales son una parte importante de la ecuación. Es complejo preguntarse hasta qué punto inciden en el desarrollo del niño. Aunque no exista una respuesta única, podemos estar seguros de que sí son importantes.
Distintas investigaciones han encontrado vínculos consistentes entre la paternidad y el ajuste comportamental de los niños. El intento de estudiar cómo influye la crianza en los resultados posteriores del niño es muy compleja: existe un rango muy amplio de comportamientos parentales, y un rango igualmente amplio de resultados de comportamiento por parte de los niños.
En este artículo, repasamos algunos de los modelos de estilos parentales más difundidos. También, te contamos sobre las nuevas miradas y reflexiones que existen en torno a esta cuestión.
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Los 4 estilos parentales de Maccoby y Martin
Uno de los estudios más difundidos es el desarrollado por los autores Maccoby y Martin en el año 1983. Estos académicos tomaron como base un estudio realizado por la psicóloga estadounidense Diana Baumrind, y establecieron un modelo de cuatro estilos parentales:
- Autorizativos o democráticos.
- Autoritarios.
- Permisivos.
- Negligentes.
Estos cuatro estilos se basan en dos dimensiones parentales: la “calidez” de los padres, relacionada con el afecto y la aceptación por parte de éstos; y el “control parental”, relacionada con el rol activo que los padres asumen para promover el respeto por las reglas y las convenciones sociales.
Para resumir, el modelo podría ilustrarse de la siguiente manera:
Estilo parental autoritario
Este estilo de paternidad combina bajos niveles de calidez, con altos niveles de control. Los padres que se enmarcan en este modelo emplean una estricta disciplina basada en la afirmación del poder, que se caracteriza por:
- Mínima negociación con los niños.
- Altas expectativas.
- Flexibilidad limitada.
- Uso frecuente de castigos.
- Comunicación “pobre” y unidireccional (padres a niños).
- Son poco afectuosos
Este estilo de paternidad suele criar niños:
- Sumisos y obedientes
- De autoestima baja
- Dependientes
- Con poca espontaneidad y creatividad
- Aceptación de normas sin realizarse cuestionamientos
- Vulnerabilidad al ansiedad y estrés.
¿Cómo modificar este estilo parental?
- Hablar de pensamientos, sentimientos y emociones con tus hijos.
- Generar reglas más flexibles y preguntales como se sienten con esa normas.
- Evita castigos e implementa consecuencias educativas efectivas.
Este estilo de crianza no significa que no haya amor ni cariño por parte de sus padres. Generalmente este estilo de crianza se da por haber recibido el mismo o por querer proteger al niño.
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Estilo parental permisivo
Los padres permisivos exhiben altos niveles de calidez, y bajo nivel de control. Actúan de una manera más parecida a un “amigo” que a un padre. Algunas de sus características son:
- Estilo laxo de disciplina, con pocas reglas.
- Priorizan la comunicación bidireccional, y una relación de confianza.
- Exigencia “razonada”. Usan el diálogo para llegar a acuerdos, y conseguir que los niños cumplan con sus obligaciones.
- Utilizan poco el castigo, y permiten que el niño regule su propia conducta.
- Bajas o casi ninguna expectativa.
- Le dan libertad a los niños, dejan que resuelvan los problemas por su cuenta.
- Dirección o guía mínimas, fomentan la independencia.
- No establecen normas claras.
Este estilo de paternidad suele criar niños:
- Niños impulsivos y caprichosos.
- Poca perseverancia
- Baja tolerancia a la frustración
- Son espontáneos y creativos
¿Cómo modificar este estilo parental?
- Fijar limites claros y aumentar la cantidad de reglas en la convivencia.
- En caso de transgreción, aplicar consecuencias.
- No retirar las consecuencias antes del tiempo establecido.
En la actualidad, se estima que este estilo de parentalidad adoptado por la mayoría de los padres.
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Estilo parental negligente
Los padres negligentes combinan bajos niveles de calidez con bajos niveles de control, y no utilizan ningún tipo particular de disciplina. Algunas de las características son:
- Suelen demostrar poco interés en la paternidad.
- La comunicación es limitada.
- El niño suele tener una excesiva libertar.
- Tienden a concentrarse en su propia vida, “olvidando” a sus hijos.
- Ambiente desorganizado.
- Se intenta cubrir necesidades de los niños con cosas materiales.
Padres con estilo parental negligente suele criar niños:
- Impulsivos y espontáneos
- Tienen mal comportamiento
- No aceptan las reglas
- Baja autoestima
- Bajo rendimiento académico
¿Cómo modificar este estilo parental?
- El implicarse con los niños y pasar tiempo de calidad.
- Fomentar una relación sentimental y no material.
Este estilo de parentalidad negligente suelen aparecer en casos de parejas separadas, familias ensambladas, padre con trabajamos muy demandantes o con problema de salud propio o de otro hijo.
Estilo parental democrático
Los padres autoritativos presentan niveles altos de calidez y control. Además se caracterizan por:
- Ser educadores y apoyar a sus hijos.
- Establecer altas expectativas, pero se aseguran de guiarlos para ayudarlos a alcanzar las metas.
- Explicar las reglas claramente, pero éstas son flexibles.
- Mantiener una comunicación fluida y abierta con sus hijos.
- Utilizar un disciplinamiento positivo, más que castigos estrictos.
- Aceptar la progresiva autonomía de los niños.
Padres con estilo parental democrático suele criar niños:
- Seguros y espontáneos
- Tienen perseverancia
- Relaciones sociales estables
- Buen comportamiento
- Alta autoestima
Nuevas miradas en torno a la crianza
Con el paso de los años han ido surgiendo nuevas miradas y formas de entender la paternidad. Estas voces han cuestionado la rigidez que plantean los modelos clásicos de parentalidad; para enfocar sus esfuerzos en la difusión de alternativas saludables a la hora de ejercer este rol.
Uno de estos modelos es el de la parentalidad positiva, que se vincula con el comportamiento de los padres sustentado en el “interés superior del niño” (planteado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1989).
Este modelo promueve la atención y favorece el desarrollo de las capacidades de los niños. Plantea que deben existir límites, pero siempre promoviendo el ejercicio de la no violencia, y ofreciendo la orientación necesaria para el niño.
Un padre positivo potencia, guía, atiende y reconoce a sus hijos como personas plenas de derecho.
De acuerdo a Álvaro Capano y Andrea Ubach, el modelo de padre positivo
“Se propone un control parental basado en el apoyo, el afecto, el diálogo, la cercanía y la implicación en la vida diaria de los niños y adolescentes. A diferencia del modelo de control del estilo autoritario por parte de los padres, la autoridad en la parentalidad positiva se encuentra basada en el respeto, la tolerancia, la comprensión de ambas partes y el diálogo que lleva a la construcción de acuerdos que permitan el crecimiento y desarrollo de las relaciones paterno-filiales”.
Aportes de Jorge Barudy
Otro de los autores que ha cobrado gran relevancia en la actualidad por sus aportes al campo de la paternidad, es el psiquiatra y terapeuta chileno Jorge Barudy.
Este profesional plantea que existen dos tipos de parentalidad: la biológica (vinculada a la procreación), y la social, que tiene que ver con la presencia de capacidades para proteger, educar, cuidar y socializar a los hijos.
De acuerdo a Barudy, en el ejercicio de la parentalidad social los padres o cuidadores deben cubrir cinco necesidades de sus hijos:
Nutritivas, cuidado, afecto y estimulación. Esto dará la base de seguridad al niño para poder afrontar los desafíos del crecimiento y adaptarse a los diferentes cambios de su entorno.
- Resiliencia. Relacionado con la capacidad para hacer frente a los desafíos que se plantean en la vida.
- Necesidades educativas. Los modelos educativos deben contemplar al menos 4 contenidos básicos: el afecto, la comunicación, el apoyo en los procesos de desarrollo y las exigencias de la madurez y el control.
- Protección. Tanto de los procesos externos o propios del entorno; así también como de los riesgos derivados del propio desarrollo de sus hijos.
- Socialización. Vinculada con la contribución de los padres en la construcción de la propia identidad de sus hijos.
Bibliografía
Estilos parentales, parentalidad positiva y formación de padres.
Las competencias parentales en la familia contemporánea: descripción, promoción y evaluación. (Link)