Uso de realidad virtual en el tratamiento de fobias

Realidad virtual - Hombre con dispositivo

La realidad virtual se ha ido incorporando gradualmente a la psicología, especialmente desde enfoques conductuales y cognitivo-conductuales, para complementar el tratamiento en salud mental.

En el artículo anterior te explicamos los aspectos generales sobre la utilización de dispositivos de realidad virtual en psicología. Hoy, nos interesa centrarnos en el tratamiento de las fobias.

Por ello, entrevistamos a la Licenciada en Psicología Macarena Flores Bengoechea (MP 10202), que forma parte de la Red de Psicólogos Córdoba y se desempeña en el Centro IPSE. En este establecimiento se utiliza la realidad virtual como instrumento complementario a la terapia, para el entrenamiento y aprendizaje de nuevas habilidades en numerosos trastornos.

¿Cómo se utiliza la realidad virtual en el tratamiento de fobias? ¿Cuáles son las ventajas? ¿Qué tipos de fobias pueden tratarse? ¿En qué consiste una sesión de Realidad Virtual? Seguí leyendo y encontrá todas las respuestas.

¿Cómo se utiliza la realidad virtual para tratar las fobias?

La realidad virtual se utiliza en el tratamiento de fobias para que el paciente pueda hacer frente a lo temido. Tal como ocurre con otras técnicas, permite la exposición al estímulo que desencadena la fobia. La diferencia está en que esta exposición se produce en un ambiente controlado, donde el profesional puede intervenir, y en ausencia de las consecuencias temidas. Esto permite:

  • Habituarse al estímulo fóbico.
  • Extinguir las reacciones de miedo (al debilitarse las asociaciones previamente aprendidas entre estímulos-peligro).
  • Desconfirmar las creencias irracionales, e incorporar otras más realistas.
  • Aprender estrategias de afrontamiento e incrementar las expectativas de autoeficacia.

Lo que se busca es engañar al cerebro con entornos artificiales con el objetivo de combatir temores reales. Esta tecnología tiene la capacidad de generar en la persona las mismas emociones y reacciones que experimentaría en el mundo real.

¿Cuáles son las ventajas de la realidad virtual en el tratamiento de fobias?

Además de lo mencionado anteriormente, la realidad virtual ofrece numerosas ventajas para el tratamiento de las fobias:

  • El entorno puede manipularse en función del grado de tolerancia del paciente.
  • La realidad virtual permite construir el contexto de intervención sin necesidad de esperar a que se produzcan o estén disponibles los acontecimientos en el mundo real y sin tener que desplazarse y salir del consultorio; lo que además supone un ahorro de tiempo y en ocasiones, de dinero.
  • Favorece aspectos éticos como la protección de la intimidad, ya que no es necesario que el paciente manifieste sus síntomas en lugares públicos.
  • No comporta riesgos. Si el paciente teme quedarse atrapado en un ascensor o sufrir turbulencias y mal clima durante un vuelo, por ejemplo; se le puede asegurar que estas amenazas no se van a producir hasta que no esté preparado para hacerles frente.
  • Es posible regular los parámetros y las características de exposición de acuerdo a las necesidades del paciente. Se pueden manipular numerosos elementos presentes en la situación para hacer que ésta sea más o menos amenazadora. Además, se puede graduar la duración y frecuencia de la exposición.
  • Es posible repetir la misma tarea de exposición, una y otra vez, sin cambiar los parámetros.
  • El paciente puede exponerse a casi todas las situaciones posibles, incluso a aquellas que son poco probables que ocurran en la realidad. La práctica continuada en muy diversos contextos ayuda a generalizar los logros obtenidos en la situación de terapia a la vida diaria.

¿Qué tipos de fobias pueden tratarse?

Mediante la realidad virtual se pueden abordar diferentes tipos de fobias, las cuales se pueden clasificar en:

  1.   Simples o específicas:
  • Animales (zoofobia). Por ejemplo, arañas, cucarachas, palomas, perros, gatos, etc.
  • Entornos naturales. Por ejemplo, altura (acrofobia), noche u obscuridad (nictofobia), fenómenos atmosféricos como truenos, rayos y tormentas (brontofobia).
  • Sangre, inyección, heridas (SIH). Por ejemplo, agujas o procedimientos médicos invasivos.
  • Situaciones. Por ejemplo, viajar en avión (aerofobia), espacios cerrados como ascensor o aparato de resonancia magnética (claustrofobia), conducir autos (amaxofobia).
  1.   Fobias más complejas:
  • Fobia Social o miedo a interactuar con personas.
  • Agorafobia o miedo a lugares/situaciones que han sido asociados a ataques de pánico; donde la persona teme quedar atrapada, indefensa o avergonzada.

Si bien la realidad virtual es aplicable a todas estas fobias, resulta especialmente útil en aquellos casos donde la exposición real es difícilmente manipulable por parte del terapeuta. Ejemplos claros son el miedo a las tormentas (particularmente a

los truenos o relámpagos) y el miedo a viajar en avión (principalmente en aquellos casos donde el despegue ocupe un lugar predominante o el temor se incremente ante las turbulencias).

La fobia a volar es uno de los trastornos que cuenta con mayor número de investigaciones y en donde la realidad virtual presenta ventajas evidentes frente a la exposición tradicional, en cuanto a la relación costo-beneficio y al control que permite ejercer sobre el vuelo y las condiciones climáticas.

 

¿En qué consiste una sesión de realidad virtual?

La exposición situacional e interoceptiva mediante realidad virtual se suele desarrollar en un programa con múltiples componentes, que contiene:

  • Psico educación: se brinda información acerca del problema y la manera de manejarlo.
  • Terapia cognitiva: se aplican técnicas de análisis y restructuración cognitiva, insistiendo en la diferencia entre lo posible y lo probable; con el objetivo de reemplazar patrones de pensamiento irracionales/disfuncionales por otros más realistas/adaptativos.
  • Instrucción y entrenamiento en técnicas de regulación emocional (por ejemplo, respiración diafragmática, relajación).

El objetivo de estas intervenciones es el de facilitar información y herramientas que predispongan al paciente a acceder a la terapia de exposición; con la menor ansiedad anticipatoria posible, y evitando sabotajes que pueda poner en marcha (consciente o inconscientemente) a la hora de tener que enfrentarse a algo profundamente temido.

Cuando las técnicas de regulación emocional se han aprendido, es el momento de entrenarlas bajo condiciones difíciles de ansiedad. De allí se pasa al uso específico de la realidad virtual: se colocan las gafas y demás dispositivos; introduciendo al paciente en escenarios que son temidos, aunque simulados y controlados.

Desarrollo de las sesiones 

Por lo general, las sesiones tienen una duración de entre 30 y 120 minutos (dependiendo de las necesidades y características del paciente); y se realizan mediante la repetición de un ciclo que consta de las siguientes etapas:

  • Realidad virtual - Joven en sesiónExposición. Se enfrenta al paciente a los estímulos que le generan incomodidad, en función de una jerarquía de dificultad personalizada y previamente confeccionada. Se anima al paciente a aproximarse al estímulo fóbico lo máximo posible y a mantenerse el tiempo suficiente hasta que la ansiedad disminuya un 50% del valor más alto o desaparezca por completo. El paciente se compromete a mantenerse en la situación de exposición hasta que esto ocurra y a no escapar de la misma; de lo contrario, se estaría reforzando el problema.
  • Recuperación: Se brinda al paciente un tiempo para estabilizarse (mediante técnicas de relajación), y prepararse para enfrentar nuevamente el estímulo.
  • Repetición: El paciente se expone nuevamente a los estímulos temidos, intentando cada vez aproximarse un poco más. El objetivo es incrementar su nivel de tolerancia a medida que avanzan las repeticiones.

Durante la experiencia virtual el terapeuta va monitoreando en el paciente los siguientes factores:

  • El cognitivo (pensamientos, imágenes mentales o auto verbalizaciones).
  • El emocional (grado de ansiedad percibida)
  • El fisiológico (reporte subjetivo u observado de sudoración, ritmo respiratorio y cardíaco, etc.).

El acompañamiento del terapeuta es fundamental para asistir y supervisar el proceso de exposición, prevenir la huida/evitación y reforzar los avances. Esto significa que el paciente no puede simplemente “tratarse a sí mismo”. De lo contrario, corre el riesgo no sólo de no salir “curado” de tal experiencia, sino incluso de incrementar y sensibilizar su fobia.

Te puede interesar nuestro artículo sobre «Evitación experiencial: ¿Qué es y cuál es su tratamiento?»

¿La realidad virtual puede “curar” las fobias?

La realidad virtual es utilizada como complemento de protocolos clínicos tradicionales. Por ello, es importante resaltar que no sustituye la forma clásica de terapia, sino que representa una herramienta válida para potenciar la técnica de exposición.

La aplicación de la realidad virtual simplemente consiste en un procedimiento intermedio que facilita el acercamiento al evento temido. Para poder finalizar el tratamiento es necesario que, tarde o temprano, el paciente se someta al estímulo fóbico real.

Red de psicólogos y profesionales de la salud mental, en la ciudad de Córdoba Argentina, dedicados a brindar diferentes servicios.

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